viernes, 16 de diciembre de 2011

Adoquines de latón y las víctimas del nazismo

Creo que muchas veces miro al suelo mientras camino, me parece que todos lo hacemos. Fui consciente de ello cuando empecé a encontrarme con unas pequeñas y relucientes baldosas integradas en el pavimento de muchas de las aceras de Colonia que llamaban mi atención casi todos los días.

Estos pequeños adoquines son de latón y recuerdan a todos aquellos judíos, gitanos, homosexuales y otras víctimas de persecución política o religiosa que fueron deportados durante el nazismo. Son pequeñas tumbas que nos recuerdan la historia.

Las baldosas se encuentran junto a las casas donde vieron o trabajaron antes de ser deportados y llevan inscritos sus nombre, año de nacimiento y la suerte que corrieron.

Siempre que me encuentro con ellas me paro a leer los datos y un escalofrío me recorre el cuerpo, muchas veces son familias enteras que corrieron la peor de las suertes. A pesar de haber muchas, no consigo acostumbrarme, por suerte. A veces las veo brillar de lejos e intento no pisarlas, no sé por qué, pero no puedo hacerlo.

La iniciativa es obra del artista alemán Gunter Demnig quien dice “sólo se olvida a las personas, cuando olvidamos su nombre”. Estos adoquines se pueden ver en todo Alemania y en varios países de Europa y son colocados por encargos provenientes de iniciativas privadas o asociaciones. Visita la Web del artista para más información (en alemán).

1 comentario:

Arabella dijo...

supongo que es una forma de traerlos "al presente". Justo donde uno mira esas placas de latón deberían estara ahora los descendientes de esa gente... Hacen que todo sea como más cercano